Friday, November 16, 2007

¿Cómo se les tapa la boca?

Nota de diario "El Comercio".

Por SANTIAGO ESTRELLA GARCÉS Corresponsal en Buenos Aires

Cada vez que viene un amigo de Ecuador a visitarme en Buenos Aires, me pide ir al estadio de Boca, al museo de Boca y mucho mejor a un partido de Boca en La Bombonera. Es una regla que no tiene excepción. Hasta mi hermana que no entiende nada de fútbol, se tomó unas fotos dentro del estadio. Ya son 18 veces las que he ido al museo y he llegado a decir casi como una amenaza: “Si quieren que los acompañe, me tienen que pagar la entrada porque no voy a gastar los cinco dólares que cuesta”.

La verdad es que me tienen podrido Boca y su museo. Yo les digo que sería mejor ir a ver a Racing. Soy de Racing porque es el equipo que más me recuerda al Aucas. Es decir que estoy acostumbrado al sufrimiento y -¡cómo duele decir ciertas cosas!-, a vivir de un eterno pasado glorioso.

No he podido convencer a nadie de que el Cilindro de Racing es más bonito que La Bombonera de Boca, aunque no lata, ni tiemble, ni se vea el fútbol casi perpendicularmente desde la tercera bandeja. Solamente al periodista Esteban Michelena se le ocurrió acompañarme a ver a la Academia. Sospecho que se debió a que Boca jugaba en Rosario porque, cuando terminó el partido, me dijo: “Jodido, pana, con tu equipo. Te hace sufrir como el Aucas”. Claro, Racing había perdido con Estudiantes.

Boca, en cambio, queda campeón una y otra vez.

Todo ecuatoriano que hubiera pisado Buenos Aires estará de acuerdo: cuando regresa, por lo menos uno le preguntó si fue al fútbol. Como que es una ecuación que se impone: Argentina igual a fútbol. Y aunque no es verdad, por lo menos parece cierto.

Ir al fútbol es una experiencia en la que se mezclan el asombro, el agotamiento, la precaución, el temor mismo. Todo en una pasión. Porque si el brasileño es alegre, el argentino es apasionado. Y en el fútbol se juega la vida. Y se la juega en cualquier fútbol, hasta esos picaditos que se hacen en los asados pareciera que están en la final de la World Cup. Gritan obsesivamente, pegan al rival, si le haces ‘una galleta’ ten por seguro que en la próxima recibirás un patadón porque “así es el fútbol”. Así tiene que ser.

Han sido días insoportables que parecen no terminar para los que no son hinchas de Boca. Y lo peor de todo es que nadie puede decir nada porque los de Boca tienen toda la razón.

¿Qué se les puede decir? Un amigo de River me decía con un dolor semejante a haber perdido a algún familiar que alcanzarlos era asunto de ilusos. “Vivo una gran decepción”, repetía constantemente mientras comíamos espagueti a la carbonara en la calle Corrientes. No podía decir otra cosa. Son seis veces campeón de la Libertadores. ¡Seis! Y ahora lo que toca es aguantarlos porque están agrandadísimos y se están volviendo insoportables. Aparecen por todo lado, como huestes de una secta perversa, en las oficinas, en los colegios, en la televisión…

Marcelo Tinelli es el zar de la televisión argentina. Todo el mundo ve su programa ‘Show Match’, que ahora en realidad es ‘Bailando por un Sueño’. Y todo el mundo sabe que es el hincha emblemático de San Lorenzo de Almagro, el último campeón del fútbol local. De hecho, cuando el equipo está perdiendo, la barra rival grita: “Poné a Tinelli, la p… que te parió”.

Es parte del juego; lo mismo nos gritan a los de Racing, que tenemos como hincha emblemático a Guillermo Franchella. Es un grito que escucho siempre en la cancha. Cuando San Lorenzo, más conocido como ‘los cuervos’, quedó campeón, Tinelli usó sus dos horas y media de programa diario para burlarse con uno de sus actores principales, Larry de Clay, un hincha loco de Boca.

Pero la compensación llegaría una semana después. Aunque no fue todo el programa, al menos una buena parte de él Larry se dedicó a mofarse de Tinelli, pero de la manera más genial. Le entregó dos fotos: una de la avenida Libertador dentro de Capital Federal, y otra de la avenida de Libertador fuera de Capital, en la provincia de Buenos Aires. Y le dijo: “Ten, para que al menos sepas lo que es la libertadores”.

De verdad son soberbios los de Boca. Pero ahora llegaron al colmo. Ahora, dicen estos hinchas de Boca, el superclásico ya no es con River Plate. Y el diario Olé tuvo otra genialidad: “Como siempre hay destinatarios de esta conquista, gente de la cual uno se acuerda en plena felicidad. No se trata esta vez de River –clásico rival- ni de Independiente, el otro gran copero del país. Los cantitos son para un cuadro de camiseta a bastones que acaba de salir campeón, que ganó 2-1 su último partido, con un técnico que parla en italiano y piensa que las sabe todas, con un magnate de los medios e ideólogo de la TV basura…”.

¿Pensaron en San Lorenzo, Ramón Díaz (el técnico) y Tinelli? Pues no. “Va para ellos, entonces: para el Milan, Carlo Ancelotti y Silvio Berlusconi”. Es que los de Boca ya dicen que le ceden River a San Lorenzo porque el superclásico ahora es con el Milan, al que ganaron la Intercontinental en el 2003. Lo peor de todo es que no hay con qué taparles la Boca

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