Sunday, February 03, 2008

Andrés y el mar.



Cuando niño solía pescar jaibas en un club al cual me llevaba un tío mío, era un pasatiempo divertido y del cual saqué la conclusión de que en caso de caer en una isla desierta luego de un naufragío, no moriría de hambre, dadas mis aptitudes natas para recoger los frutos del mar.



Hace poco mas de una par de semanas, se presentó la oportunidad de volver a poner en práctica todos mis conocimientos en el arte de la pesca, y como pescador "ducho" no iba a dejar pasar la ocasión de mostrar cuan bueno era.



Contratamos y nos enbarcamos cuatro personas contándome, en una lancha pesquera en San Pablo, al mando de la cual se suponía que iba a ir "Pedro" con quien tranzamos el día anterior. Para nuestra sorpresa "Pedro" no era el capitan de la nave, su porte capitanesco nos confundió, ya que al parecer quien mandaba era un señor ya mayor, el cual tenía el "know how" de donde nos podría ir mejor. Fue asi como partimos bajo las órdenes del "elder", bajo un clima nublado, ideal para no asarme como la última vez que dejé que el sol me bañara con sus rayos (malditos aerosoles mata capas de ozono, prometo no volverlos a usar). En fin el "elder" nos hizo parar en los "bajos", no se a que demonios se refería, pero la idea era que había peces. Luego nos dieron nuestros instrumentos de pesca que consistían en un rollo de nylon y al final un anzuelo con un pedazo de sardina. Uno a uno fuimos lanzando nuestros anzuelos al mar, y esperamos.........esperamos...... esperamos (sin cigarrillos que es lo peor) ....... y seguimos esperando. Nada. El "elder" al parecer había cometido un error y decidimos ir a otro sector en el cual nuestras frustraciones solo serían cosa del pasado. Llegamos al otro lugar y volvimos a ejecutar el mismo procedimiento. Nada. En esos instantes en mi mente solo repasaba mis momentos de gloria en el club de pesca, cuando las inocentes jaibas caían bajo mis depredaroras manos. Por último el capitan decidió hacer un intento final en otro sector, ya para esto habíamos sufrido conatos de pesca, pero al subir los anzuelos encontrabamos que la carnada se la habían "chineado" o el anzuelo estaba doblado. Al parecer esta vez en el nuevo lugar el elder no se equivocó.......... tanto, puesto que fue uno de los tripulantes el que no paraba de sacar pescaditos y ponerlos en la lancha :S



Al final, luego de casi tres horas de arduas faenas pesqueras, una hambruna insoportable al medio día y una no menor dosis de aburrimiento, decidimos darnos por vencidos y regresar a tierra firme, no sin que antes nos dieran el paseo de consolación por la playa del lugar. Los artesanos de la pesca ni siquiera nos dieron los pescaditos que sacaron para amagar que al menos eso conseguimos :(



En fin, el pedestal de buen pescador y hombre autosuficiente en el que mi confundida mente me había autosituado, se desmoronó como un castillo de naipes al paso de un huracán. Al menos de algo me servirá esta experiencia, ya que en el hipotético caso de verme en una isla desierta yo solo con mis habilidades en contra de la naturaleza, como Tom Hanks en "cast away", no me faltará mi buena dotación en atún enlatado, eso si en aceite, porque en agua es muy malo.......

1 comment:

Mafalda said...

Debimos hacer como Fredo Corleone y orar un Ave María antes ... que podía ser peor que no pescar absolutamente nada??

He pescado tres veces en mi vida y nunca jamás había caído sobre todos los miembros sin experiencia del grupo una maldición tan grande y definitiva :S

Bueno, no toca más que aceptar que el mar es tradicionalmente un elemento misterioso, no en vano historicamente los pescadores han buscado y creado el apoyo de los dioses para lograr extraer con éxito sus frutos.

Pero no decaigas(retroceder nunca, rendirse jamás!!). Seguro para la próxima pescaras algo más que un gran aburrimiento!